Para el Barcelona, la visita al Sánchez Pizjuán marca el inicio de la cuenta atrás. Dicen todos los que entienden de fútbol, y los que no también, que las Ligas se deciden en las últimas diez jornadas. Y ahí estará el Barcelona una vez acabe su partido de esta noche ante el equipo de Gregorio Manzano. Con diez jornadas por delante, líder pase lo que pase y con la única duda de saber cuál será su margen de maniobra.
Guardiola, muy dado a motivar a su equipo con retos inminentes, a corto plazo, ha marcado en rojo a sus pupilos las jornadas que faltan antes de la visita del Barcelona al Bernabéu. La primera estación es Sevilla, campo donde el conjunto blaugrana ya cayó en la Supercopa, aunque el referente, por lejano y por el relevo que se da en los protagonistas de aquel envite, poco va a tener que ver con el partido de hoy.
De entrada, en el Sevilla ha cambiado hasta el entrenador y faltará Luis Fabiano, autor de un gol en la ida de la Supercopa. A cambio, Rakitic ha llegado en el mercado de invierno, Negredo parece haberse asentado en el equipo y Navas empieza a recuperar su nivel habitual. No obstante, el cambio de Manzano por Álvarez no ha servido, al menos a corto plazo, para que el Sevilla se asentara en los lugares de Champions con holgura.
Una nueva fase. El Barça, o lo que es lo mismo, Guardiola, consideraba que después de la eliminatoria contra el Arsenal empezaba una nueva fase de la temporada. Consciente de que tradicionalmente donde más problemas ha tenido el conjunto barcelonista ha sido en los octavos de final de la Champions, Pep veía la cita ante el Arsenal con mucho respeto. Una vez superada, esta eliminatoria se convierte en unos cimientos donde construir la fase decisiva del edificio de la temporada.
Por ese motivo, sumado a la necesidad de acopiar cuantos más puntos mejor antes de su visita al Bernabéu, Pep volverá a dar entrada a su mejor once posible y se olvidará de rotaciones. Empieza la cuenta atrás.
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