lunes, 17 de enero de 2011

Almería 1 - 1 Real Madrid

El Real Madrid de Mourinho ha ido a naufragar en el escenario más inesperado, contra un Almería que es colista y no sabe lo que es ganar en casa en esta Liga. El campeonato se le complica aún más al Madrid y el problema continúa siendo de juego, de sus enormes dificultades para generar fútbol, más que de la presencia o ausencia de delanteros. Habrá quien quiera agarrarse a la actuación del árbitro, el nada virtuoso Pérez Lasa, pero esos penaltis que se le reclamaron de forma exagerada sobre Cristiano y Benzema no deberían enmascarar los errores propios.
Se ha consumido la mitad de la Liga y a Mourinho le han entrado ganas de reinventarse su Madrid. Por obligación, empujado por la lesión de Higuaín y la inoperancia de Benzema, y también por gusto. Avisó antes de comenzar la temporada del riesgo que se corría teniendo sólo dos delanteros en la plantilla y ahora, apoyado en la contundencia de los hechos, no deja de mandar señales a quien desee escucharle.
Contra el Almería limpió de la alineación a Benzema y salió de inicio sin una referencia fija en ataque. Un 4-2-4 que no favoreció ni la creación, ni la circulación del balón, ni la llegada al área rival ni el remate. Ofreció el Madrid un discurso demasiado plano en la primera parte, en la que apenas exigió a Diego Alves en un par de ocasiones. La más peligrosa ya cerca del descanso, cuando un buen pase de Kaká lo remató Cristiano para que Alves se luciera.
No fue un problema de actitud, porque nunca es ese un problema en el Real Madrid. Fue una cuestión de fútbol. Los cuatro hombres de ataque intercambiaron posiciones, en especial Kaká y Cristiano, que se movieron por la izquierda y por el centro, pero ninguno de los movimientos trajo una solución positiva. Las respuestas del Almería fueron tan simples como efectivas. Le bastó con mantener el orden y las líneas juntas. Así de sencillo fue frenar al Madrid en el primer tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario