domingo, 30 de enero de 2011

Liga BBVA : Osasuna 1 - 0 Real Madrid

Siete puntos. Esa es la distancia que separa ahora mismo, y completado sólo medio campeonato, al Real Madrid del Barcelona. Es la distancia entre el éxito y el fracaso, del que está más cerca que nunca en la Liga el equipo de Mourinho después de perder contra Osasuna. El título se le escapa y sólo un milagro, un suceso paranormal, podría devolverle a una carrera de la que no le ha echado nadie, de la que se ha ido el solo con sus errores. Entre Almería y Pamplona se ha dejado cinco puntos, los que van de la ilusión a la desesperanza. Para este Madrid, cada victoria es una conquista y hasta rescatar un punto resulta una empresa de altura. La derrota quizá sólo sea una consecuencia lógica a tan alarmante ausencia de juego.
El Madrid no anda sobrado de ideas y cada ausencia de Xabi Alonso es una tortura para el equipo. La gripe atacó a Xabi, pero quien lo sufrió fue su equipo, que perdió a su verdadero referente, a quien le aporta equilibrio y cordura incluso en las situaciones más comprometidas. Cuando el conjunto zozobra, sólo el timón de Xabi es capaz de enderezar el rumbo de la nave. El encuentro contra Osasuna es un ejemplo más de que un proyecto entregado a Mourinho y a Cristiano se hunde sin Xabi Alonso. Cada partido de fútbol se ha convertido en un sufrimiento para el Real Madrid.
El inicio de la segunda parte recordó al de la primera, con Osasuna más enchufado y el Madrid esperando atrás, cediendo la iniciativa a los de Camacho para golpear al contragolpe. Buscó su espacio Cristiano, que apareció más y ahí empezaron a entrarle algunas dudas a Osasuna. Dudas que desaparecieron a media hora del final. Un pase en largo lo peinó Pandiani y Aranda prolongó hasta Camuñas, que arrancó en posición correcta y superó a Casillas en el mano a mano. Una acción sencilla que rompió todo el sistema defensivo del Madrid.

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